HAMM: ¿Qué tal tus ojos?
CLOV: Mal.
HAMM: ¿Qué tal tus piernas?
CLOV: Mal.
HAMM: Pero puedes moverte.
CLOV: Sí.HAMM: (violentamente): Entonces, ¡muévete! (Clov va hasta la pared del fondo, apoya en ella la frente y las manos.) ¿Donde estás?
CLOV: Aquí.
HAMM: ¡Vuelve! (Clov regresa a su sitio, junto al sillón.) ¿Dónde estás?
CLOV: Aquí.
HAMM: ¿Por qué no me matas?
CLOV: Desconozco la combinación de la despensa.
Samuel Beckett
1 comentario:
Caponati, estás inspiradilla, bien!
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