
Arrastrar la basurilla, el polvo, la pelusa. Hechamos la escoba hacia atrás y empujamos la basurilla , volvemos hacia atrás y de nuevo empujamos, así hasta hacer un montoncillo. Recogemos con pequeños y rápidos "vayvenes" de la escoba hacia el cogedor, y comenzamos de nuevo. No hay nada más gozoso que una gran superficie vacía para barrer, sin obstáculos para pensar, para seguir en el ritmo para ir entrando en otro tiempo, el que marca el ir y venir que le damos a la escoba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario